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Las viviendas adaptadas a minusválidos son cada vez más necesarias, ya que la falta de movilidad suele afectar considerablemente la vida de aquellas personas que tienen algún tipo de discapacidad. El principal motivo es que se ven muy limitados para llevar a cabo actividades cotidianas en espacios demasiado reducidos y con mobiliario que no está a su alcance.
De ahí la importancia que tienen las reformas para personas con movilidad reducida, a través de las cuales se sienten más incluidas, por lo que la adaptación de los espacios debe ir más allá de la construcción de viviendas accesibles para discapacitados e incentivar esta modalidad en edificios, aceras, ascensores, pavimentos de la calle, lugares públicos, entre otros.
La libertad de movimiento de las personas minusválidas se ve muy limitada por la existencia de dos barreras principales que son las de los medios de transporte y las arquitectónicas.
Muchos medios de transporte no cuentan con áreas diseñadas para los minusválidos o la ubicación segura y correcta de una silla de ruedas, lo que provoca que estas personas no puedan desplazarse con facilidad cuando quieran y hacia donde desean.
Este es el tipo de barrera más restrictivo que afrontan los minusválidos, ya que en el caso de las edificaciones suelen encontrarse con escalones, pasillos muy cerrados, ascensores pequeños, puertas bastante estrechas, servicios con lavabos muy altos, entre otros.
En el caso de las limitaciones desde la perspectiva urbanística es posible que una persona en silla de ruedas se encuentre con varios obstáculos como escaleras en las aceras, desniveles, lugares muy estrechos, etc.
La legislación de nuestro país relacionada con las barreras arquitectónicas y la movilidad de las personas se basa especialmente en un artículo establecido en la Constitución (el 9.2º), el cual manifiesta que los poderes públicos están en la potestad y son los responsables de incentivar algunas condiciones para que la igualdad y libertad de los ciudadanos sean tan eficaces como reales.
Además, el artículo plantea que es necesaria la supresión de los posibles obstáculos que puedan dificultar o impedir de alguna forma la plenitud de cada persona, así como de velar porque todos los ciudadanos participen en la vida cultural, política, social y económica del país.
Bajo esas premisas, existe la Ley de Integración Social del Minusválido, conocida por sus siglas como LISMI, la cual tiene como objetivo regular la supresión y prevención de las posibles barreras que existan en las edificaciones, los urbanismos y las unidades de transporte del país.
Justamente en su artículo 54 especifica que cualquier edificio, incluyendo los de propiedad privada, deben tener accesibilidad y suprimir los posibles obstáculos para cualquier persona, algo que resulta muy importante, en especial si existen pisos o viviendas adaptadas a minusválidos.
Esta Ley está vigente desde el año 1982; sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que se han realizado desde entonces, aún siguen existiendo las barreras que limitan a las personas con discapcidad para que puedan realizar con normalidad sus actividades cotidianas.
Hoy en día, tenemos la posibilidad de optar por algunas ayudas que permiten reformar las viviendas en un hogar para personas con discapacidad, tales como los créditos bancarios para rehabilitar las casas, que es un proceso que le compete concretamente a las Comunidades Autónomas.
Otra forma de poder tener viviendas adaptadas a minusválidoses a través de las subvenciones a fondo perdido, por medio de Bienestar Social de las Comunidades Autónomas (si les compete) o a través de IMSERSO.
La cuantía para ello es variable cada año y se ubican entre los 2500 euros y 4500 euros.
Aun cuando algunos requisitos son diferentes, dependiendo de la Comunidad Autónoma a la que pertenece el solicitante y el año en que hace la petición, es posible agrupar las condiciones principales para optar por una ayuda que permita la reforma de viviendas adaptadas a minusválidos.
Ser el propietario del inmueble. En caso de tener un alquiler, es necesario contar con la debida autorización del dueño de la vivienda. Si la reforma se precisa en sitios comunes, se debe tener autorización de los propietarios en una proporción de 3/5.
Es importante tener el certificado oficial de reconocimiento de la discapacidad, cuyo baremo de movilidad reducida debe ser superior.
En la vivienda que se convertirá en casa adaptada para silla de ruedas debe residir la persona con discapacidad.
No ser beneficiario de algún tipo de ayuda relacionada con las personas discapacitadas durante cinco años anteriores.
El beneficiario debe contar con unos ingresos netos al año que no superen por cuatro al Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples o IPREM del año anterior a la petición. La cuantía se aumenta en 30 % por cada familiar que no cuenta con ingresos o patrimonio.
Si se realiza una reforma en el interior de la vivienda, los propietarios tienen la potestad de exigir su respectiva reposición al estado anterior.
Todas las propuestas y soluciones de las viviendas adaptadas a minusválidos deben ser accesibles y funcionales, así como garantizar el bienestar y seguridad de las personas con discapacidad, en consonancia con la norma aplicable al caso.
La tramitación de la solicitud para obtener viviendas adaptadas a minusválidos exige la presentación de algunos documentos importantes como la fotocopia del DNI, el plano en el que se especifican las medidas del espacio antes y después de la reforma, el presupuesto en documento original, con firma y sello, en el que se desglosen los precios unitarios y los conceptos.
También es necesario tener los permisos que sean necesarios, de acuerdo con el tipo de vivienda y su ubicación, así como los documentos que acreditan los ingresos familiares relacionados con el año en que se hace la solicitud.
En el caso de que las casas a convertir en viviendas adaptadas a minusválidos sean de propiedad, se necesita el comprobante del pago de Impuesto de Bienes Inmuebles o IBI o una fotocopia compulsada del documento de compraventa.
Estas son las alternativas más viables para poder lograr viviendas adaptadas a minusválidos en las que las personas con discapacidad puedan hacer su vida normal, sin muchas limitaciones de espacio.
Waris es la empresa de reformas por excelencia de la Comunidad de Madrid, que te ayudará a conseguir tu vivienda soñada, siempre a tu gusto y cuidando hasta el último detalle.
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